Atrás el conservadurismo: La sociedad estadounidense demuestra en las calles su deseo por priorizar los derechos de las comunidades vulnerables del país
Tras cuatro años del gobierno de Donald Trump, los grupos más vulnerables de la sociedad estadounidense buscan reivindicación y encuentran en el gobierno de Joe Biden la posibilidad de lograrlo. Así se hicieron escuchar tras la confirmación de resultados electorales en las calles de todo el país. Los afrodescendientes, inmigrantes y miembros de la comunidad LGBTQ+ vivirán, en los próximos meses, una serie de cambios y reformas que el nuevo presidente electo prometió durante su campaña.
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Foto: Reuters |
Las elecciones presidenciales en
los Estados Unidos dejaron a muchos ciudadanos en la incertidumbre por las
declaraciones infundadas de Donald Trump afirmando un fraude electoral
generalizado. Incluso, el equipo legal del aún presidente habló de un presunto
complot internacional para darle la victoria a Joe Biden. Sin embargo, casi un
mes después del día de las elecciones, el fiscal general de Estados Unidos,
William Barr, dijo este martes que el Departamento de Justicia no ha encontrado
evidencia de fraude en las elecciones presidenciales de 2020. Confirmando lo
que los ciudadanos norteamericanos salieron a celebrar a las calles el 7 de
noviembre, pues las proyecciones de la Associated Press y las cadenas CNN, CBS
y NBC indicaron que el candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, había
superado ese sábado los 270 votos electorales requeridos para declararse
ganador de la elección estadounidense tras su victoria en Pensilvania. Entre
ruidos de bocinas de autos, “cacerolazos” y gritos, ondeaban banderas de la comunidad LGBTQ+ y se veían
carteles de los principales grupos marginados bajo la gestión de Donald
Trump: los afrodescendientes y los inmigrantes latinos. La reacción de estos
grupos vulnerables de personas en EE. UU refleja uno de los elementos de
tensión durante la campaña electoral y el gobierno republicano actual.
“Si eres un musulmán en este
país, ya no tendrás que preocuparte porque el presidente no te quiera aquí. Si
eres un inmigrante, no te tiene que preocupar que el presidente permita que te
arrebaten a tus hijos o que envíen de vuelta a los “dreamers” sin razón alguna.
Es una reivindicación para muchas personas que realmente han sufrido. Lo de ‘I
can’t breathe’ (‘No puedo respirar’) no fue solo George Floyd, muchas personas
sentían que no podían respirar”. Esas fueron las palabras del presentador
de CNN, Van Jones, quien rompió a llorar en vivo tras anunciar los resultados
electorales que daban la victoria a Joe Biden. El periodista, muy emocionado,
dio cuenta del clima de tensión y racismo vivido en los últimos años en el
país, coincidiendo con la presidencia y la política migratoria de Donald Trump.
Ello a pesar de las declaraciones de Trump afirmando que su administración “ha
hecho más por la comunidad negra que ningún otro presidente desde Abraham
Lincoln”.
Lo cierto es que Estados Unidos
ha visto recrudecer un conflicto racial latente, y el presidente Trump no ha
sido más que acusado de prender el fuego en lugar de apaciguar la situación. Un
ejemplo claro es el de las manifestaciones del movimiento Black Lives Matter,
a raíz del asesinato de George Floyd, un hombre negro asfixiado por un agente
de policía de Minneapolis. La indignación de los ciudadanos y la respuesta del
presidente, Donald Trump, ante este caso provocó disturbios alrededor de todo
Estados Unidos. "Esta es la peor crisis que el país experimenta en el
último siglo, debido a la falta de un liderazgo presidencial que tenga sentido",
aseguró Joan Hoff, una prominente historiadora de EE. UU.
“Estos MATONES están
deshonrando la memoria de George Floyd, y no dejaré que esto pase. Acabo de
hablar con el Gobernador (de Minesota) Tim Walz y le he dicho que el Ejército
está con él. Ante cualquier dificultad, asumiremos el control, pero cuando el
saqueo comienza, empiezan los disparos”, este fue el tweet que generó
indignación en redes sociales que, incluso, fue bloqueado por la plataforma por
“incumplir con las reglas
de Twitter relativas a glorificar la violencia. Sin embargo, Twitter ha
determinado que puede ser de interés público que dicho tuit permanezca
accesible”, dando
paso a los usuarios a leer el tweet si lo deseaban. Muchas celebridades
y políticos no hicieron más que mostrar su enojo e indignación: “Tantas
veces durante estas últimas semanas, cuando el país necesitaba más compasión y
liderazgo, no se encontraba en ningún lado", dijo a la prensa el
gobernador republicano de Massachusetts, Charlie Baker. Mientras que, el tweet
de la cantante Taylor Swift fue uno de los más gustados y retuiteados
convirtiéndose en tendencia: “Después de avivar los fuegos del supremacismo
blanco y el racismo durante tu presidencia entera, ¿tienes el coraje de fingir
superioridad moral antes de amenazar con violencia? ¿’Cuando el saqueo
comienza, empiezan los disparos’? Te vamos a echar en noviembre”, escribió
la artista.
El descontento se hizo evidente y
se materializó en cifras gracias a la encuesta de Reuters divulgada el 2 de
junio que indicó que el 64% de estadounidenses simpatizan con las protestas por
la muerte de Floyd y 55% desaprueban la forma en que Trump ha manejado el tema.
A finales de septiembre, Amnistía Internacional, un movimiento reconocido en
más de 150 países que
trabaja por el reconocimiento y respeto de los derechos humanos, se pronunció sobre este
conflicto. La organización pidió que Trump condene a los grupos que defienden
la supremacía blanca. “La constante negativa del presidente Trump a
denunciar el odio racial y étnico sólo ha servido para envalentonar a quienes
desean normalizar la discriminación”, señala el comunicado por el que le
hacen llegar el pedido. Sin embargo, el mandatario nunca llegó a hacer lo
requerido.
Cuando Donald Trump fue electo
presidente de Estados Unidos, los líderes de la comunidad LGBTQ+ advirtieron
que las victorias alcanzadas durante el gobierno de Barack Obama estaban en
peligro debido a la llegada inminente de un gran número de jueces conservadores
y el total dominio del Partido Republicano del gobierno federal.
El presidente Trump ha atacado
continuamente a esta comunidad al ir tras una agenda muy distinta a la de su
antecesor en cuanto al empleo, la atención médica y las protecciones de los
derechos civiles para las personas LGBTQ+, y se ha enfocado especialmente en
deshacer políticas que han beneficiado a las personas trans. Su gobierno
presentó una iniciativa para acabar con la protección que obtuvieron los
pacientes trans en el sistema de salud durante el gobierno de Obama. Esta
medida se dio después de las declaraciones de Trump señalando que la Ley de
Derechos Civiles de 1964 se limitaba a prohibir la discriminación de una
persona por ser hombre o mujer. Lo que llevó a la Corte Suprema a emitir un
fallo prohibiendo la discriminación por género, algo que desde junio de 2020
incluye a las minorías sexuales. Dejando en evidencia que, aunque esta agenda
es en gran medida un reflejo del sentir de los simpatizantes de Donald Trump,
lo opone a la mayoría del país y es que la sociedad parece haber cambiado en
torno a este y distintos temas mucho más que él.
Los inmigrantes también han sido
parte de la tensión generada por el gobierno actual. En el caso de los latinos,
estos han sufrido varios ataques y separaciones de sus familias. Las autoridades de inmigración de
Estados Unidos han separado desde julio de 2017 a más de 5.400 menores de sus
padres en la frontera con México, según datos ofrecidos por el Gobierno
estadounidense a la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas
en inglés). Ello, pues el gobierno de Donald Trump decidió limitar la
migración a los mexicanos ya que el presidente considera que “cuando México envía a su gente,
no envían a los mejores. Están trayendo drogas. Están trayendo crímenes. Son
violadores”. Estos calificativos al inicio de su campaña
en 2016 solo desataron un
sentimiento anti-inmigrante mucho mayor que, se asentó también en la campaña
política del 2020. Así mismo, y según el libro de memorias de Michael
Cohen, exabogado personal del mandatario republicano, Trump habría calificado
de “estúpidos” a los latinos, entre otros comentarios racistas que alejan a
esta población de ser aceptada por ciertos estadounidenses que siguen al
presidente republicano.
Por ello, y tras la confirmación
de la victoria de Joe Biden en las elecciones, gran cantidad de latinos,
afroamericanos, gays, lesbianas, trans, entre otros, salieron a celebrar pues,
las promesas de Biden apuntan hacia un enfoque de diversidad e inclusión. Los movimientos sociales de las últimas semanas son el grito de libertad
que sienten los norteamericanos al saber que su futuro presidente les devolverá
la paz y hará valer los derechos de estas comunidades vulnerables. Esta
situación revela un cambio social en los Estados Unidos, en el cual la sociedad
invita a sus políticos y gobernantes a dar un paso hacia delante para dejar
lejos el conservadurismo.
Lo que se puede esperar en los próximos meses, cuando Joe Biden asuma oficialmente la presidencia, es que cumpla con una de sus principales promesas con estas comunidades. Señaló que en sus primeros 100 días de Gobierno presentaría la propuesta al congreso de una reforma migratoria para que 11 millones de inmigrantes irregulares consigan la ciudadanía estadounidense. Además de modernizar el sistema de inmigración de los Estados Unidos, reafirmando el compromiso del país con los solicitantes de asilo y los refugiados. Sin dejar de lado y trabajando las causas fundamentales de la migración irregular. Asimismo, Biden ha prometido que, como presidente, se unirá a la comunidad LGBTQ+ para garantizar que Estados Unidos finalmente cumpla con la promesa en la que se fundó: igualdad para todos. Como ex vicepresidente del Gobierno de Barack Obama, seguirá con muchas de las reformas creadas en aquel periodo para garantizar que las leyes e instituciones protejan y hagan valer los derechos de las personas LGBTQ+. Finalmente, como su plan de campaña lo señala, también será inquebrantable al enfrentar el racismo sistémico en el país que está integrado en sus leyes, políticas e instituciones, y tomará medidas agresivas para corregirlo. Así, planea garantizar que todos sean tratados con dignidad y tengan igualdad de oportunidades creando riqueza en la comunidad negra. Puede que Biden no haga de Estados Unidos un cuento de hadas, pero si le devolverá la paz a muchos ciudadanos que vivieron marginados. Y, por lo menos, será un presidente conciliador, que escuchará y apoyará los movimientos sociales en búsqueda de la justicia.
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