#PerúPaisDeVioladores

De los más de 31 millones de peruanos, Lima tiene 9, 111 millones de habitantes. En Lima, alrededor de 4, 506.216 millones son mujeres. Lima es la quinta megaciudad más peligrosa para las mujeres a nivel mundial. Así fue calificada nuestra capital en el ránking de Thomson Reuters Foundation referido a temas como violencia sexual, entre otros.

No nos sorprenden ya estas cifras. Lo vemos, lo sentimos, somos conscientes de la realidad ¿o no? En el 2016 fuimos testigos de la primera manifestación más grande contra la violencia. Las mujeres salieron a las calles a protestar en busca de su bienestar. “Queremos sentirnos seguras, queremos ser libres, que se respeten nuestros derechos”. Ni Una Menos logró que muchas mujeres víctimas de violencia se atrevieran a denunciar sus casos. Todas se unieron en una marcha que buscaba, con un granito de esperanza, que las cosas sean mejores para las mujeres. Al parecer, no se logró lo que se esperaba.

¿Qué pasa con Lima? El Censo realizado este año 2017 cerró con una noticia amarga que indignó a la opinión pública: una empadronadora fue violada en Villa El Salvador mientras cumplía con la función cívica que realizaba voluntariamente. Esta noticia expuso una vez más que vivimos en una sociedad violenta, donde el abuso hacia la mujer no solo está normalizado, sino también justificado por una gran cantidad de personas. Esto fue suficiente para que los usuarios de las redes sociales reaccionaran con el hashtag #PerúPaísDeVioladores. A partir de este polémico hashtag saltaron un montón de opiniones que decían que el Perú no era un país de violadores, que esta frase era una ofensa hacia todos los hombres del Perú porque “no todos son violadores” y que eso nos dejaba mal ante el mundo.

Estoy de acuerdo, no podemos generalizar. Hay hombres que trabajan detrás de organizaciones que buscan proteger los derechos de las mujeres. Hombres que respetan a las mujeres que tienen a su alrededor. Padres, esposos, hermanos, tíos, abuelos, que serían incapaces de violentar a una mujer. Sin embargo, las cifras incrementan, los casos son cada vez más alarmantes.

Tan solo de enero a setiembre de este año, 5,707 mujeres han sido atendidas en los Centros de Emergencia Mujer por violencia sexual, de las cuales el 70% son menores de 17 años. Imaginen cuántos casos más hay sin denunciar. Además, a diario amanecemos y en los noticieros nos encontramos con casos de violación a menores de edad. Un día a una bebé de 2 meses y a los dos días sale otra noticia sobre la misma atrocidad a una bebé de 12 días de nacida. Y si no fueran bebes, ante cada noticia de una violación, siempre hay un juzgamiento a la víctima, por su forma de vestir, su vida sexual o el más mínimo detalle que pueda hacerla ver culpable.

Entonces #PerúPaísdeVioladores, más que un “slogan” para dejar mal al Perú o a los hombres, es un grito. El grito de cientos de miles de mujeres peruanas que todos los días se ven violadas en las más distintas formas. Las mujeres son violadas también cuando son manoseadas en el micro, cuando las silban o les dicen “piropos” o frases vulgares. “Perú, país de violadores” es un grito que sale de las bocas de nuestras madres, hermanas, esposas e hijas porque no se les respeta como personas y como iguales. #PerúPaísdeVioladores es un grito de protesta y auxilio frente a la situación precaria de seguridad en la que las mujeres nos debemos desenvolver.