Un domingo en el Parque de la Amistad
¿Cómo es este parque que alberga a parejas, familias y amigos días y fines de semana?
Entre lo bueno y lo malo, el Parque de la Amistad transporta a todos a un lugar más feliz, sin siquiera salir de Lima, la gris.
Entre lo bueno y lo malo, el Parque de la Amistad transporta a todos a un lugar más feliz, sin siquiera salir de Lima, la gris.
Vista desde la parte trasera del Parque de la Amistad Foto: Pamela García Godos
Cuando los jóvenes se preguntan a dónde llevar a sus enamoradas en su primera cita o cuando las familias quieren salir a pasar un buen fin de semana, eligen el Parque de la Amistad como una de sus opciones. Este parque es diferente. Claro que tiene amplias áreas verdes y árboles que hacen que parezca un bosque, pero está entre rejas y tiene horario de atención. También tiene una laguna, una estación del tren, un puente colgante, un patio de comidas y un gran Arco Morisco. Y así, muchas otras actividades que atraen a los vecinos de distintos distritos de Lima a visitar el Parque de la Amistad.
“El del Arco, pues”, como popularmente dicen algunos, por el famoso arco de 29 metros de altura que se ve desde las Avenidas Benavides y Caminos del Inca en Santiago de Surco. Lima alberga a uno de los parques más visitados, después del Parque del Amor, pero no muchos saben la historia del arco y realmente vale la pena retroceder en el tiempo para entender qué hace ahí.
Resulta que, la estructura de mosaicos es una réplica del Arco del Triunfo de Barcelona, obsequio de la colonia española por el Centenario de la Independencia del Perú, en 1921. La obra fue encargada al ingeniero peruano Alejandro Garland en aquel año y fue entregada en julio de 1924. Sin embargo, en 1938 el presidente peruano Óscar Benavides ordenó la demolición del monumento que simbolizaba los lazos de amistad entre Perú y España, aludiendo a los problemas de tránsito que este ocasionaba en la Avenida Arequipa.
Más de 60 años después, en 2001, el entonces alcalde de Surco, Carlos Dargent inauguró junto a los reyes de España, Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia una réplica del arco, denominádolo el “Arco de la Amistad”. Esta fue una iniciativa propia del señor Dargent, puesto que, anteriormente él había querido reconstruir el arco como regidor de Lima Metropolitana en el lugar de origen. Lamentablemente, no consiguió la autorización y tampoco aceptó otras opciones. Una vez elegido alcalde del distrito de Surco, decidió que el lugar perfecto sería en el Parque de la Amistad.
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Al día de hoy, ni el frío del invierno impide que los vecinos limeños visiten el parque para tener una foto con el “Arco de la Amistad” de fondo o, simplemente, pasar un buen rato.
La entrada del parque, con banquitas a cada lado, te muestra un retrato de la vida. En una banca se encuentra una mujer de casi 22 años, que tal vez está esperando a alguien o simplemente disfrutando de su soledad. Al lado, hay una pareja de enamorados, risueños, pareciera que el mundo es para ellos. Una familia pasa al frente de ellos, el pequeño quiere ir a los juegos y el papá quiere comer unos picarones más tarde. Ellos se detienen y deciden cambiar de carril, pues adelante está una pareja de esposos, ya mayores, que caminan sin ninguna prisa. Los señores, suben entrelazando sus brazos y se apoyan el uno al otro.
Después de una pausa, llegan al gran Centro Cultural que alberga el Parque de la Amistad. Se instalan a un costado y en una mesita exhiben algunas de las cosas que ellos mismos han hecho en sus clases de tejido y bisuteria. También, venden cupcakes aunque ellos le dicen “kekitos”.
El Centro Cultural ofrece talleres para todas las edades, también cuenta con una Biblioteca Central y una Sala de Exhibiciones que, en este domingo en particular, está vacía. No hay ninguna exposición de arte. Sin embargo, las personas vienen y preguntan:
Disculpe, ¿Dónde está el auditorio?, dice una mujer con dos niños tomados de su mano.
“En el sótano, señorita”, responden.
Pero ¿que hay hoy dia en el auditorio?
En el auditorio se estaba preparando el ambiente para empezar una celebración por el Dia de la Esperanza. “Ser niño está de Moda” era el slogan que atraía al público. Dos señoritas con polo amarillo que te invitaban a pasar, te explican que el evento busca reforzar la autoestima de niños portadores de VIH por medio de un desfile donde comparten escenario con diferentes artistas del país. La sala ya estaba casi llena y el volumen de la música subía cada vez más.
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Cuando uno es joven y está enamorado seguro que puede subir los 29 metros de escaleras del Arco de la Amistad sin ningún problema. Solo y exclusivamente para sellar su amor en algún rincón (por muy pequeño que sea porque ya no queda espacio) de la pared de piedra en la cima del arco. Es como dejar tu candado en el Puente Milvio en París, pero aquí, escribes tus iniciales y alguna frase romántica con liquid paper en los muros de piedra que forman un mirador. Este mirador termina siendo inútil si los vitrales de protección están sucios y empañados. A ello se le suma el estado de las escaleras: frágiles y de madera que rechina con cada paso. Sin embargo, nada impide que las parejas aprovechen cada spot para las fotos y sentarse a hablar por horas y horas. Hasta que llega la noche y todas las luces del parque se encienden. Todo se torna mucho más romántico.
Si uno siente hambre, puede ir al Patio de Comidas, pero antes debe pasar por un pasadizo que también está lleno de puestos de comida. “Helado frito a diez soles”, se lee por ahí. Entre lo clásico, hay picarones, churros, mazamorra morada, arroz zambito, algodon de azucar. Y entre tantas opciones, también hay demasiada gente indecisa que se aglomera en el pasaje.
¿Es más rico ese de allá? Ah ok, permiso.
Si a ellos se les suma la gente que quiere pasar: las mamás con cochecitos de bebés, los niños con scooters, o alguno que otro señor en silla de ruedas; nos encontramos ante una situación complicada. También, hay que esperar un rato hasta que tu pedido esté listo. Casi 10 minutos después, uno ya puede ir a sentarse en las mesas del fondo que aún quedan libres, al lado de un estanque en donde hay dos patos rebeldes que decidieron alejarse de los demás en el lago. Música suave acompaña la velada. Un gato rodea las mesas y levanta la cola a quienes le dan cariño como si fuera un atractivo más del parque. El ambiente es como el de una plazuela limeña antigua, las luces amarillas de los faroles hacen que la velada sea mucho más amena. La comida es indudablemente rica. De pronto, el gato huye desesperado y un niño llora asustado porque los dos patos salieron volando del estanque, ha llegado el momento de reintegrarse con su familia en la laguna.
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Otras de las principales atracciones que tiene el parque es la Estación del Tren, réplica de la típica estación de la sierra y cuenta con una boletería donde el público puede experimentar tomar el tren como en el pasado. Además, en las paredes de la boletería hay fotos que permiten a quienes vienen acompañados de sus abuelos, escuchar la historia de “así era el tranvía en mis tiempos”. Y es que, las fotografías que yacen en esa sala, permiten, a cada uno, hacer un viaje en el tiempo y poder conocer más sobre la historia de los ferrocarriles en el Perú.
No hay duda que existen distintas actividades por temporada en este parque. Es un bosque encantado, un buen lugar para un gustito, el plan perfecto para la primera cita, un atractivo turístico, un centro de trabajo, un lugar para sonreir. Todo lo que uno quiera, desde su punto de vista.
Qué lindo esctibes Pame!!! Me hiciste sentir que estaba ahí disfrutando un día en familia.
ResponderEliminarGracias 😊 me alegra mucho que te hayas transportado al leer esto!! Tengo una duda, quién eres? 👀
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