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Mostrando entradas de febrero, 2018

Ciega de Amor

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Estoy casada con Joaquín hace 7 años, si es que llevo bien la cuenta. Nos conocimos en una clase baile y la pasión por el tango nos unió. Compartíamos gustos también por la literatura, la política y la buena música acompañada de un buen vino. Los primeros años juntos fueron más que un sueño; todo iba de maravilla hasta que, por mi culpa, una vez más, todo se arruinó. La vida decidió dotarme con el magnífico don de no poder tener hijos. Aunque, en un principio Joaquín y yo tratamos hasta lo imposible, llegamos a un punto en el que simplemente nos rendimos. No queríamos nada. Me sentí inservible, creo que aún lo siento. Desde que mis padres murieron hace dos años en un accidente automovilístico, me he vuelto un poco sensible. Mi adicción por el alcohol que sufrí en la adolescencia volvió. Mi esposo suele decir que me he vuelto loca, pero que está bien. Él es tan amable, tan gentil, que a veces siento que no lo merezco y que solo hago que pase vergüenza conmigo. He tratado de...

Bienvenido otra vez: Soledad, mi querido amigo

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Algunos años después, sentado en la última banca de la iglesia, me sentí liberado. La veía a ella, el gran amor de mi vida , caminando hacia el altar. Digo que me sentí liberado porque no la amaba más. Ahora mi mente sólo pensaba en Lydia. Me excitaba que su pelo rizado se enredara entre mis dedos; que su piel erizara la mía al más fino contacto y que su aroma, me embriagara hasta perder la razón. Lo que había logrado Lydia era que me olvidara de mi soledad. Era mucho lo que hacíamos y poco lo que hablábamos. Debí dejar que ella hablara solo para confirmar lo que tanto ansiaba: que me amaba . Hubo una mañana en la que tenía miedo de que siquiera murmuraras algo. Te notaba triste, más que emocionada, pero tenías que seguir: no habías luchado tanto para no demostrar tu talento. Ese día era, sin dudarlo, el día más importante de tu vida. Eras la única mujer en el país que se había atrevido a ser torera. Un sueño impulsado por tu querido padre, pero él nunca te advirtió de lo peli...